La alimentación rica en calorías y su actividad sebácea produce más grasa en su piel y más cerumen en sus oídos. Es aconsejable limpiar habitualmente con toallitas y copitos el exceso de cera de sus pabellones auriculares para evitar el desarrollo de tapones y otitis, ya que el exceso de cerumen favorece el desarrollo de bacterias y hongos en su interior, por lo tanto, es recomendable hacerlo como mínimo cada 15 días.

Sus glándulas sebáceas son muy activas por lo que presenta cierta sudoración, por lo cual, mantenerlo en continua higiene es importante para su salud. Se recomienda bañarle semanalmente en verano y mensualmente durante el invierno con champús suaves, naturales y dermoprotectores. Protegiendo sus orejas para evitar el ingreso de agua, ya que esto puede provocar infecciones, malestar y por lo tanto otitis, recomendamos el uso de gorro de baño y agua tibia.

Su dieta tiene que ser muy sana y equilibrada, muy nutritiva y rica en calorías y proteínas, porque debido a su ausencia de pelo, consume una gran cantidad de ellas para mantener su temperatura corporal, que es superior a la de otras razas. Cuidado, es muy goloso y siempre está dispuesto a comer algún “extra”. Es importante que reciba exclusivamente su alimentación equilibrada de acuerdo a sus necesidades y evitar ofrecerle caprichos que puedan llevarle a sobrepeso u obesidad. No está demás un suplemente vitamínico rico en aminoácidos que ayudará a mantener sus defensas altas.

Si tienes gatos en casa, sabrás que se trata de animales muy limpios, pues ellos mismos se encargan de su propia higiene. Sin embargo, en el caso de las uñas es importante que le echemos una mano, una ayuda que va más allá de colocar rascadores, que solo sirven para eliminar las capas exteriores. Y es que el cuidado de sus uñas es muy importante para los felinos. Si no quieres que todos los muebles de tu casa estén arañados deberás concientizarte que debes cortarle las uñas cada 15 días, ya que a los gatos le crecen las uñas constantemente.

Una vez el gato esté tranquilo, sostenlo de espaldas para que no te lance zarpazos o mordiscos. Es mejor si cuentas con la ayuda de alguien, ya que mientras uno le agarra y le acaricia, el otro puede cortarle las uñas. Si aún así el gato se mantiene inquieto, rodéale el cuerpo con una manta o una toalla sin apretar mucho. A continuación, deberás presionar suavemente sobre la parte en la que empieza la garra para que salga la uña, que es de un color menos rosado, recuerda cortar con el corta uñas especial para gatos. Cuando termines dale un premio al gato, acarícialo y dale un gran abrazo.